lunes, 26 de noviembre de 2012

EN LA CASA

Alguien me dijo que no me la perdiera.
EN LA CASA es una película del director francés François Ozon con un argumento simple: un profesor de literatura de instituto desencantado de sus alumnos y escritor frustrado que se quedó en la publicación de un único libro hace ya demasiado tiempo y que pasó desapercibido descubre, a partir de un ejercicio de redacción en una de sus clases, a un misterioso alumno aventajado que le va fascinando poco a poco y por el que siente una atracción especial. Este es el punto de partida de una película sobre literatura, o más bien sobre la creación literaria, sobre el acto de escribir, en la que partiendo de ese descubrimiento arranca una historia donde la realidad y la ficción transcurren en paralelo y se entrelazan cada vez más hasta que nos hace levantar los pies del suelo y dudar si lo que estamos viendo es lo se está escribiendo o lo que de verdad está pasando. Un juego de espejos donde se confunde qué es lo que se refleja en qué, si es la realidad la que ejerce su influencia en la ficción o si es todo lo contrario.
La realidad como base de la ficción, el transcurrir cotidiano de gente normal como inspiración, las personas de nuestro alrededor como protagonistas de nuestro relato, y la observación constante como motor de la historia. Ficción y realidad como dos estados que se retroalimentan, que se necesitan.
Y la escritura como escape, como fuga de la propia realidad cuando ésta nos es desagradable, cuando nos inmoviliza. La posibilidad de salir de allí y vivir otras vidas mejores, aparentemente mejores.
No es sólo una película para ver, es una película para paladear, para encontrar el gusto de cada detalle antes de su digestión.
Un buen final es aquel que tiene la capacidad de sorprender al lector pero a la vez es el que mejor encaja, algo así dice el personaje protagonista en una de las lecciones particulares medio improvisadas en los pasillos del instituto. Porque EN LA CASA no es sólo una película genial en su sencillez sinó que es una verdadera lección de escritura creativa en apenas hora y media.
Una película mágica que a la vez pone sobre la mesa diversas taras de las relaciones humanas actuales, la ambición, la frustación, la insatisfacción, los problemas de pareja, el desmoronamiento del modelo vital en el que a veces se sustenta la clase media. Todo narrado sin prisa, sin dejarse nada y con un ritmo preciso y que va adquiriendo toques de Hitchcock conforme avanza la trama, conforme se escribe la historia. Y una escena final impresionante, cómo es posible decir tanto, narrar tanto en una sola escena, recapitularlo todo en una sola imagen y darle esa puntilla tan perfecta. Ese final rotundo.
Genial, y creo que todavía está en cartelera.

domingo, 25 de noviembre de 2012

FIN


Es el riesgo de ver una película después de haber leído el libro y, además, esperar el estreno durante meses con muchas expectativas. El viernes, día del estreno, fui a ver FIN, la película de Jorge Torregrosa basada en la exitosa novela de David Monteagudo.
En su momento ya dije que no tenía muy claro si la novela me había gustado o no, la leí entera y con mucho interés hasta el final pero salí de ella como se sale de uno de esos restaurantes donde has comido más o menos bien pero te has quedado con una cierta incómoda sensacion de hambre. El tema del apocalipsis empieza a estar un poco trillado pero en la novela tiene un enfoque que le da un matiz interesante, en lugar de ataques aliénigenas o hordas de infectados simplemente se desaparece, uno a uno, hasta que no va quedando nadie.
Una novela tentadora de ser llevada al cine, una historia seguramente apetecible de rodar, pero con trampa. Porque más allá de narrar la historia de los amigos que se reencuentran después de veinte años en una casa en la montaña y donde pronto, y demasiado pronto como para ser bien digerido, empiezan a aflorar los malos rollos entre ellos, la primera de las desapariciones y el viaje hacia una supuesta civilización para encontrar ayudas y respuestas, la película tenía que haber conseguido reflejar otros aspectos más sutiles que le hubieran dado la consistencia necesaria para que atrapara.
Al margen de algunas muy dignas interpretaciones y una ambientación acertada, a la película le falta bastante. Le falta por ejemplo encontrar el ritmo que quizá se echa a perder por la precipitación de querer contar toda la historia en un metraje demasiado corto, le falta lograr la tensión que la historia pide, no es que la película aburra pero es que no nos da la sensación de estar a las puertas del FIN y, para mí lo más importante, le falta transmitir la amenaza y la fragilidad del ser humano, la amenaza de la naturaleza, la amenaza del mundo animal que en el libro sí se consigue (cambiar la jauría de galgos de la novela por unos cuantos pastores alemanes hace que se pierda ese sensación de terror emergente y explosivo). Tampoco he encontrado acertados lo pequeños cambios que la película hace respecto a la novela, no parece que consigan lo que pretenden, al menos para alguien que la ha leído. Aunque, como he dicho, el libro tiene trampa. Algunas aspectos ya son difusos en el libro: la historia del profeta, por ejemplo, o un final un punto decepcionante.
Creo que por la reacción del público al salir del cine, mi apreciación después de ver la película fue bastante compartida, caras de indiferencia, algún silbido y comentarios de cierta desilusión saliendo por la puerta de emergencia en dirección a la calle.
Al llegar a casa entro en internet y busco críticas para ver si es cosa mía o es de la película y, por lo que encuentro, tampoco me queda demasiado claro.

http://www.klownsasesinos.com/pelicula/fin-2012/

el director navega sin rumbo entre el thriller de misterio y el drama existencial sin encontrar nunca el tono adecuado a pesar de atisbarse ciertos detalles indiciarios del mismo; la poderosa fotografía y la apetecible banda sonora se ven seriamente afectadas por un ritmo lineal que lejos de mantener la tensión desubica constantemente al espectador, sucediéndose hechos que contradicen lo desvelado con anterioridad.

Aunque la intríngulis resida en un hecho conocido no deja de antojarse apasionante y absorbente, pero la narrativa empleada no convence lo más mínimo, obstaculizando las destacables interpretaciones de Maribel Verdú y Antonio Garrido; las diversas facetas positivas permanecen en la sombra mientras los errores brillan sin cesar, provocando el descontento y facilitando la elaboración de reproches.

http://www.culturamas.es/blog/2012/11/23/133555/

dosifica la tensión con gran maestría, esta acompaña al espectador durante casi toda la película sin darle apenas tregua. Acertados planos cortos transmiten a la perfección el miedo, el dolor e incluso la ansiedad que padecen con gran intensidad los protagonistas de esta película, mezclándose con la grandiosidad de impactantes imágenes panorámicas que en algunos momentos llegan a adquirir tintes pictóricos.

esta película nos permite bucear en lo que supone el olvido de las personas que un día fueron importantes, haciendo que el espectador pueda percibir la profundidad de una historia que a simple vista pudiera parecer una trama de misterio al más puro estilo Hitchcock.

http://www.notasdecine.es/91431/criticas/critica-fin/

Su inicio desprende interés pero las promesas acaban hundiéndose en un mar de irrelevancia. Falta nervio en la puesta en escena, sutileza en los diálogos y, en definitiva, algo distinto y emocionante. Los actores hacen lo que pueden teniendo que recitar frases lapidarias con más frecuencia de la deseable, mientras la historia se encamina a un desenlace que, sin estar mal facturado ni dejar de desprender cierto halo metafórico, deja, como todo lo demás, una sensación de indiferencia que es la puntilla para un largometraje del que será difícil recordar algo de aquí a pocos meses
"Pienso que es bueno que en un relato haya un leve aire de amenaza... Debe haber tensión, una sensación de que algo es inminente"

Raymond Carver

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