jueves, 26 de marzo de 2009

Poética

Inesperadamente, picó su vuelo: había intuido el aroma dulce del azúcar. Cayó velozmente sobre el blanco mineral con la trepidación de un futuro incontrolado. Sin embargo, en aquel torbellino de velocidad, pudo adivinar con el rabillo de su ojo múltiple otra sombra igualmente veloz, igualmente desesperada, que cortaba el silencio tras de sus alas con un silbido impenetrable. Aceleró. Acabó de cruzar el cortísimo espacio que la separaba de la mesa como una flecha fatal. Y nunca llegó a saber qué fue primero, si el brusco contacto con el mármol helado o el violento reventar de su sangre bajo el chasquido del matamoscas.

José Fernández-Cavia "Historias de amor y otros cuentos chinos" 1989
"Pienso que es bueno que en un relato haya un leve aire de amenaza... Debe haber tensión, una sensación de que algo es inminente"

Raymond Carver

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